lunes, 19 de julio de 2010

Pocas veces he estado tan furiosa


Yo también tengo un límite.
Muy pocas veces la gente consigue llegar a él.
Hoy han llegado y creo que es la primera vez que no voy a pulsar la marcha atrás.
Para amigas como tú, quien necesita enemigas.
Tengo un día de mierda, examen, facultad, casi no he dormido y lo poco que dormí, lo dormí mal.
Llego a mi casa, tarde sin comer y me llamas para decirme que de privacidad en nuestras conversaciones nada, todo para intentar que vuelva a dudar de la persona que amo.
Utilizas mis palabras para hacerme daño y no cuentas nada entero.
Pocas veces le doy la razón a mi madre de que una verdad a medias es peor que una mentira.
Pero, ¿cuánto daño más vas a intentar hacerme con falsas verdades?
Sabes, llevo años a tu lado, he aguantado de todo y no niego que probablemente tu también.
Pero hasta aquí llegue.
Paso de eliminarte, paso de borrarte, paso de darte el placer de ser como tú.
Solo vas a desaparecer para mí.
Espero poder arreglar el daño que me has hecho y que probablemente le hallas hecho a él.
Pero ya no voy a olvidar y no, no estoy escribiendo en caliente.
Me lo había jurado a mi misma: una, y ya no más.
Te he perdonado de todo pero has tocado una de las pocas cosas que son sagradas para mi.
Lo peor, me lo habían advertido y no creí que fuera cierto.
Esto sí es daño, no la impotencia que he sentido.
Espero realmente que seas feliz, adiós.
Raquel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario