Hay días buenos y días muy malos, la espalda a veces hace que el estar sentada sea insoportable, el cambio de posición de los órganos internos hace que empiecen los problemas típicos de este periodo. Si le sumamos los cambios de tiempo, las patadas sin querer...los riñones duelen y el cuidado que he de tener es extremo. Cuando duele no es precisamente poco... Aún así merece la pena.
Las patadas que das ya, o puede que sean puñetazos, le das a papá cuando se apoya en mi barriga pero también te relajas cuando el pone su mano calentita.
Tengo ganas de que pase el tiempo, que salgas cuando toca, pero que el tiempo pase.
De resto los días pasan, momentos de actividad, de pasear, de las listas, de reencontrarme con gente...
Pensando en todo lo que hay que ir preparando para ti.
Tengo que admitir que a la vez me da miedo...
Se que hay mil cosas que hay que pillar ya, pero a la vez...
Se que todo está pasando pero...
Papá hace todo más fácil aunque yo se lo ponga complicado, hay reacciones mías que ni yo entiendo, hormonas puede ser, él lo lleva, me sabe llevar, sabe cuando abrazarme y no soltarme, sabe hacerme parar.
Me cuida, te cuida.
Sabe parar mi mente...
Se ha ganado tanto...
Tú nos haces tan feliz.
