jueves, 29 de octubre de 2015

HAZ LO QUE SEA PARA QUE NO PAREZCA AMOR
Haz que no parezca Amor.
Que es lo que se lleva ahora.
Duelen tantas tripas en nombre de la libertad.
Tú dices libre y yo digo cobarde.
Cobarde todo aquel que no es capaz de comprometerse con el instante.
Cobarde todo aquel que no esté presente cuando el otro está desnudo y vulnerable.
Cobarde todo aquel que puso un límite desde el principio.
Yo es que no quiero nada serio.
Como si no fuera lo suficientemente serio estar dentro físicamente de otro ser humano.
Yo es que no creo en las etiquetas.
Como si ponerle nombre a las cosas fuera algo malo.
Yo es que busco pasar el rato.
Como si la vida fuera para siempre.
Hay algo tan neurótico en nuestra manera actual de relacionarnos.
Tan irrespetuoso con la vida. Tan impaciente.
Y queremos más: más picante, más gorda, más grandes, más altos, más guapas, más fuertes, más delgadas.
Nos aburrimos porque no nos soportamos a nosotros mismos.
Porque no queremos que nadie nos conozca.
Porque es más sencillo empezar de nuevo cada poco vendiendo nuestra mejor cara.
Porque es mucho más sencillo follar que limpiar lo follado.
Porque tenemos miedo a que en el fondo seamos un auténtico fraude.
A que cuando el otro arañe un poco vea que no hay nada.
Nada serio.
Y aquí seguimos rascando, cambiando cromos repetidos, poniéndonos ropa interior cara para que otros se limpien los pies al entrar.
Haciendo del Amor una servidumbre de paso.
¿No sientes a veces que tú vales más que todo eso que haces?
Que tú eres un jodido milagro.
Con tus ojos que todavía pueden ver.
Con tu pies moviéndose para llevarte al lugar que quieras.
Con tu boca capaz de dar las gracias.
Con tu piel ocupando una plaza en el mundo.
¿No sientes a veces que tú te mereces más que lo poco que te dan?
Dos besos mal pegados.
Tres minutos entre las piernas.
Cinco embestidas.
Y un WhatsApp: No me agobies.
Lo más triste es que esta sociedad ha conseguido invertir los papeles.
Ahora si dices que sientes algo, estás loco.
Es muy pronto. Muy arriesgado. Poco inteligente.
Dime tú, cómo lo haces para no sentir algo cuando lo haces.
¿Cómo se finge la vida?
Cómo se hace para que nunca parezca Amor.
Y que simplemente parezca un accidente.
*Roy Galán*

Porque a la mierda, yo prefiero quemarme, arder, poner en un papel que te quiero para que te lo puedes llevar contigo y no creer que no paso.
Porque no se querer a medias.
Soy una loca que todavía cree en vivir y que el día que para y se rinde, solo coge ánimos para volver a empezar y luchar.
Porque te avise...te advertí...
No se no luchar por lo que quiero.
Por eso y por más...
Agárrate que vienen curvas y vas a sentir el viento en la cara




lunes, 26 de octubre de 2015

Tapando...

El mapa que forman por mi cuerpo a veces desaparece, a veces cambia de camino, a veces simplemente es uno...
Se tapan bajo ropa o maquillaje, por eso odio el maquillaje...
Se disimulan
Nadie los ve
No están
No importa
No pasa nada 
No es importante 
Y en el corazón cada vez queda menos hueco para remendar
Costura sobre costura
El hilo cada vez es más débil
Puede que sea mejor desaparecer en la enorme superficie del mar
Un punto


martes, 20 de octubre de 2015

Carcasa

La tormenta se acerca o eso dice la AEMET...

La carcasa de supervivencia empieza a surgir sin control al pisar la entrada de la casa que un día fue mi hogar.
La familia a veces se elige, a veces se impone, a veces surge y muchas se aleja.

Tengo que tomar mil decisiones trabajo, futuro, caminos abiertos y puertas cerradas a portazos.
Corrientes que despeinan el alma y hieren el cuerpo.
Una vez más levantarse y seguir, 
el donde lo marcara el tiempo.
Alguien por quien luchar...aunque no sepa si el quiere que luche...
Decisiones, caminos, puertas y ventanas.
Sueños, metas, pensamientos, vacíos.
Nada dentro de una carcasa de supervivencia.
Todo en un simple abrazo, el mejor refugio, cálido y dulce.
Dormí, puede que pueda empezar a andar una vez más... 


miércoles, 14 de octubre de 2015

Menos de un 50 %

 Una hoja de papel llena de letras...un resultado algo que ya sabía, una confirmación sellada por algún ilustre doctor .
Letras y números, tantos por ciertos que marcan una manera de ver como enfrentar el día a día sin punto de partida.
La locura de una mente que no calla, que grita en silencio tantas cosas y expresa tan poco en realidad...
No se como afrontar el día a día, la solución de siempre no me vale.
Promesas me atan a no esconderme y no sobrevivir a base de  y capas de hielo superpuestas unas sobre otras sin fin.
Las ganas de cuidar, de proteger emergen con fuerza, soledad rodeada de gente.
Ganas de rendirme...
Menos de un 50 %


sábado, 3 de octubre de 2015

Tornado

—Dicen que el viento es libre, que nadie puede retenerlo. Pero eso no es verdad, sino que es justamente lo contrario. Piensa en una burbuja en el mar. La ves ascender hacia la superficie y crees que es ella la que se está elevando. Pero no es cierto. La realidad es que el agua la está expulsando, la presión la empuja por todas partes con la única intención de arrancarla de su ser. La atmósfera hace lo mismo. La presión empuja el aire y es por su propio peso por lo que sube y baja; el sol lo calienta y lo eleva de nuevo; el frío lo lanza en picado hacia la tierra, y vuelta a empezar. El aire es lo que expulsas de tu camino cada vez que te mueves, cada vez que abres una puerta, cada vez que respiras, cada vez que te mueves. Tal vez por eso yo sé tanto del viento.
Hizo una pausa y le lanzó una mirada a Star, que se la devolvió con la boca ligeramente abierta, como un niño ante un teatro de marionetas.
Alter centró la vista como si de repente se hubiese quedado ciego, tiró del aire a su alrededor y los ojos se le cargaron del azul oscuro de Astarte.
—El aire está por todas partes, entra y sale incluso de ti, pero siempre lo hace a la fuerza. Por eso es el elemento más terrorífico de todos, porque puede negarse a hacerlo. Puede negarse a hacerlo todo. Puede dejar de apartarse de tu camino cuando lo empujas, puede dejar de darle aliento al hombre, puede dejar de huir y revelarse… Y cuando se revela —hizo un gesto, y un pequeño remolino levantó algo de arena en la playa llamando la atención de la gente—, cuando se revela se retuerce, se retuerce y grita, te arrastra para luego empujarte lejos de él, para intentar hacerte comprender el trato que le disputas cada día.
—Libre… —prosiguió—. Nada ni nadie es libre. La libertad no es más que una ilusión, una estatua con una antorcha levantada buscando la verdadera salida.
Se quedó mirando a Star esperando la pregunta. Y el Marshall se la hizo sin hacerse de rogar:
—¿Acaso existe esa salida? —preguntó.
—Me temo que Leo ya está al otro lado —respondió Alter, y por un segundo se pudo detectar su ansiedad, como un relámpago en el cielo. Alter deseaba morir, lo deseaba tanto como el viento la libertad. Pero el segundo se perdió y el relámpago se esfumó. Alter recuperó la triste sonrisa y el pequeño remolino de deshizo junto a las olas del mar.
—No te engañes, Star, el viento es para los que jamás se han sentido libres, no puede ser de otro modo. ¿Alguna vez has escuchado el grito de un tornado?
Star rememoró algunas ocasiones en las que había visto nacer tornados en la distancia. Los caballos los detectaban mucho antes que las personas y rara vez caminaban hacia ellos. Su rugido era brutal.
Tan solo asintió a la pregunta mientras se removía inquieto contra el piano.
—Pues lo que grita es «libertad».
Alter, (LAs Crónicas del bien y del mal vol III) La Hora del Fénix.