jueves, 22 de julio de 2010

Extraña paz


Hoy ha sido un día extraño, lleno.
Ha sido un día de soledad.
Ha sido, uno de esos días en los que de manera inconsciente todo empieza a cobrar sentido y se vislumbra un nuevo comienzo.
Las cosas básicas no cambian, amas a quien amas y da igual las discusiones, los malentendidos y porque negarlo, el dolor que una palabra produce.
Hoy he sentido una alegría enorme.
Una tristeza igual de enorme y en algún momento, encontré la paz.
Deje de exigirme y deje de aguantar, no puedo poner sobre mis hombros tanto peso, no puedo cambiar mi manera de ser.
No puedo dejar de querer como quiero.
Hoy vi que el estudio había dado sus frutos y que por fin veo el final del túnel, está en mi mano conseguirlo.
Vi que las cosas buenas también se andan aunque el recorrido sea lento, pero por una vez tocará tener paciencia.
Me alegre por la felicidad de otros.
Descubrí mentiras que no esperaba, y en vez de derrumbarme sonreí, de manera sincera.
Disfrute de la alegría de otros.
Decidí, una vez más, luchar por mi sueños, seguir adelante con una sonrisa.

Hoy entre la furia, la alegría, la tristeza y mil sentimientos sin nombres.
En mitad de lágrimas suaves encontré paz.
Ha sido un día extraño.

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