lunes, 24 de diciembre de 2018

Fiesta, navidades,familia

Hoy es noche buena.
Pertenezco a una familia tradicional cuando se trata de la Navidad.
Reuniones familiares, eventos típicos que van de año a año, comidas pactadas, repartos equitativos, mesas juntas para que quepamos todos...
Podría decirse que de un año al siguiente se que pasará en estas fechas.
Empezamos con los rosquetes familiares, reunión de amigos, conicidos de toda la vida, masas hechas y todos, nuevas incorporaciones y antiguas a darle forma. Risas, piques, enfados por los escaqueos... La frase a tono de: "Pero... luego te llevas para todo el mundo"
Las conversaciones cruzadas para ponerse al día, las de confirmación de un menú que todos conocemos para la noche de hoy:
"-Tú harás la pata¿no? (mirando a papá) ¡Pero de primero sopa! (las cabezas giran entre mi madre y mi tía)
De postre quesillo, ya sabes que te toca a ti(mientras me miran de golpe todos a mí, cómo para decir que no...)
Las sidras, los langostinos, las papas negras, el plato al azar que hará otro de mis tios/as (puesto para innovar) "
La discusión de cada año sobre la hora de la cena y el amigo invisible de los niños que en su mayoría ya somos adultos.
Hoy, nos sentaremos en la mesa celebrando que todos hemos podido venir, se echará de menos a los que ya nunca podrán estar, reiremos, cantaremos, celebraremos los que acaban de llegar o los que están por llegar.
Oficialmente arrancan las fiestas es solo el comienzo.
Navidad, con la familia que uno ha creado o sumado a su vida, amigos de siempre y ese dolor de barriga de comi mucho anoche pero que rico lo de hoy.
El 26, aniversario de boda de mis padres. Motivo por el cual mis hermanas y yo creemos en el amor, más de 30 años casados y se siguen poniendo ojitos, sigue existiendo ternura, aprecio, pasión. Claro que han tenido altibajos pero son de esa época donde las cosas se arreglaban y eran por ello más hermosas.
Llega nochevieja...
Despedir un año que me ha forjado.
Las alegrías más grandes junto a los dolores más fuertes... Tanto que la primera cana vistosa decidió posicionarse sobre mi frente como un recordatorio del paso del tiempo.
Un lazo de por vida con la persona que parece que me acompañará hasta que me vaya.
La incertidumbre de lo que está por venir, las personas que amas tanto que caminan paralelas a tu vida que no a tu lado, los recuerdos fugaces que creías olvidado. Todo en tu mente mientras te atragantas con las uvas.
Brindar por un año que comienza por una nueva esperanza... Un primer día que casi todos pasamos entre la cama y el sofá.
En nada es 3, mi padre se hace mayor, aunque acordamos que se estanco no recuerdo en que edad.
¡Ya es 4! Mi hermana decidió que ella cumplía hoy, (le tocaba nacer en nochebuena y bueno... Estaba cómoda) Ya son 25, es toda una mujer aunque yo la llame enana...
5, ¡mierda papel de regalo! Falta empaquetar...
Reyes, una vez más en estos días fiesta en casa de mis padres, ya estamos saturados de tanto vernos, tantos dulces, no hay novedades más allá de las sorpresas del día de hoy.
¿Terminaron las fiestas?
Vuelta a la rutina... En mi familia no, queda el 10, otro cumpleaños más, mi tía recuerda que ella descumple, que no hace falta nada y todos los que podamos igualmente nos plantearemos en su casa.
Se cómo serán estos días, se que se añadirá ver a los amigos que vuelven a la isla por Navidad, compras improvisadas, reuniones de colegas, momentos de soledad autoimpuestos, mensajes y correos a gente que aprecias, los imprevistos...
El caos de saber todo de estás fechas y aún así desearlo, esperarlo, eso de lo que me quejare y no por ello deseo cambiar aunque no lo admita en alto.
Son fechas particulares y aún así..
Está yo tan distinta y tan igual gracias a ello, vuelve a estar aquí.