Me licencié ya hace meses, me puse con el inglés, hago de peón de obra a tiempo casi completo (mis conocimientos sobre fontanería y albañilería se han incrementado una burrada).
No he pisado casi el gimnasio y mis manos se han llenado de marcas de cargar.
Mis relaciones de cualquier tipo se han resentido, el estado de mi cuarto es desastroso hasta para mi.
Los buenos propósitos se han ido por un retrete y los despropósitos parece que han cogido fuerza.
He estado mala y no termino de salir de un resfriado, tengo ganas de ver a gente pero me aislo. Las contradicciones son mi pan de cada día.
He acabado a gritos con mi hermana y he retomado el contacto con alguien perdido.
Quiero avanzar pero no quiero moverme.
Es lunes... toca dejar los propósitos y empezar a vivir.
Yo