martes, 30 de octubre de 2012

Gotas

La caída de las gotas trae el recuerdo de aquella tarde lejana...
Tras días sin verte vienes a buscarme, me rescatas del tedio de tardes de estudios intensivas.
Salimos, aunque dicen que no es aconsejable.
Discutimos si playa o montaña, nos lo jugamos a pierda, papel o tijeras.
Gano yo, playa.
El oleaje embravecido salpica tu chaqueta de cuero y enreda mi pelo con el tuyo.
No sabemos que nos empapa más, la lluvia o la mar.
Apoyados espalda contra espalada, revivimos momentos. 
Aquella vez que nos fugamos de casa para conquistar el mundo y llegamos a la plaza de la esquina por falta de provisiones, cuando colándote por mi ventana mis padres casi te pillan, cuando cogí a tú hijo en brazos, me sonrío, y tu te pusiste a decirme que te había robado su primera sonrisa.
Somos mayores y niños, hemos crecido, el DNI nos recuerda que ya hay un dos delante de otro número, estamos empapados.
Entre risas nos quitamos la ropa y vamos a nadar, total no nos vamos a secar.
La luna sale de entre las nubes a saludarnos, nuestra risa llega hasta la costa mecida en el viento.
Ya en la moto vamos camino a tu casa, nos secamos con mantas, nos votamos en la alfombra y nos turnamos para leernos páginas de aquel viejo libro.
Sin darnos cuenta nos dejamos dormir.
De madrugada me devuelves a casa, no sabemos cuando nos volveremos a ver, pasaran días, meses o  tal vez años.
Te doy un regalo, algo mio.
Te desdibujas ya a lo lejos, pero cuando las gotas de lluvia impactan en mi ventana me acuerdo de aquella tarde, te escribo un mensaje que contestas cuando puedes y nos sacamos una sonrisa.
Creamos nuevos momentos a través de líneas de teléfono.
Saludos viejo amigo.



Firmado:Yo

lunes, 22 de octubre de 2012

"La biblioteca es la más democrática de las instituciones, porque nadie en absoluto puede decirnos qué leer, cuándo y cómo".
Doris Lessing

sábado, 6 de octubre de 2012

Recojo...

Hay silencio.
La noche pone a sus estrellas como guías, de un camino invisible que permite dar la vuelta al mundo.
Las nubes, pasean solitarias sobre un lecho de agua.
La luna se esconde, se ha sonrojado por culpa de su amante el sol.
El viento, mueve en ondas las hojas que caen al vacío.
La vida recuerda su existencia en lo latidos del mundo.
La muerte, nos visita recordando que cada minuto es valido.
El tiempo no para aunque pare el reloj.
Refugiada en la terraza escribo en el papel, recuerdo ese libro a medio leer, escucho la sinfonía de este día. 
Las risas de los niños queda como eco en aquel juguete abandonado.
Recojo un sentimiento.
He vuelto a escribir.